En el primer trimestre de 2019 ha quedado demostrado que Barcelona ha recuperado, por fin, su estatus como uno de los principales focos de inversión inmobiliaria en España, algo que ya se veía venir tras un 2018 que ha sido positivo para el mercado español del real estate y, en concreto, para el de la capital catalana. Echando mano de nuestros resultados durante los tres primeros meses de este año, se disipa toda duda: el mercado vuelve a confiar en la ciudad (hemos triplicado las ventas) y a situarla en el candelero inmobiliario tras las reticencias derivadas del 1-O.Se mantiene elevadísimo el interés de compradores internacionales, siguen siendo más de la mitad quienes compran con fines inversores y se van añadiendo a la rueda perfiles cada vez más jóvenes que renuevan el mercado y que hacen que no sólo hablemos de ventas, sino de un interés muy creciente por el alquiler de viviendas de calidad en zonas codiciadas.Las grandes beneficiadas son, de todos modos, las viviendas de obra nueva, cuyas ventas han aumentado -sólo en los primeros dos meses de 2019- en un 18% en la provincia de Barcelona, en comparación con el mismo período de 2018, según el INE.Hay varios factores que explican este previsible repunte. El primero es el indiscutible estatus de Barcelona como ‘hub’ tecnológico y financiero global. Un polo que atrae a un perfil profesional muy dinámico, interesado en el número creciente de empresas innovadoras y líderes en el sector tecnológico como Amazon o Facebook que se han establecido en una ciudad que se está convirtiendo rápidamente en el Silicon Valley de Europa y que, pese a los contratiempos vividos, ha conseguido conservar su condición de sede del Mobile World Congress.Un contexto que genera una seductora constelación de startups y proyectos de alto perfil tecnológico, que se combina con una elevada calidad de vida urbanita y que atrae a muchos inversores extranjeros.Esto nos lleva al segundo factor: el ‘millennial’ como nuevo comprador o arrendatario. Según recientes estudios, este perfil es menos feliz viviendo en áreas rurales pequeñas, algo más feliz en zonas residenciales, bastante más feliz en áreas urbanas pequeñas y muy feliz cuando se establece en grandes áreas metropolitanas.Este perfil de joven urbanita de éxito ha ganado dinero con startups tecnológicas o trabaja en el ámbito de las finanzas o en la industria del entretenimiento y busca una calidad de vida basada en la abundancia y calidad de servicios y áreas de ocio, en una oferta cultural estimulante y en la cercanía y accesibilidad propias de un centro urbano. Una variedad y accesibilidad las 24 horas del día, los siete días a la semana, que sólo el centro de una gran ciudad puede proporcionar.Y, aquí, Barcelona se posiciona como una de las ciudades más atractivas, situándose entre las diez más interesantes para este tipo de comprador o arrendatario.Y es que, como anticipaba unos renglones más arriba, nuestros expertos observan un relevante aumento de la demanda de alquileres de viviendas de calidad en zonas codiciadas lo que supone una muy buena noticia para aquellos inversores que buscan obtener buenas rentabilidades alquilando sus propiedades.Y aquí llegamos al tercer factor: los precios. Aunque éstos vayan en aumento, Barcelona sigue siendo una plaza muy competitiva donde comprar o alquilar, en comparación con otras urbes top como Londres, París, Nueva York o San Francisco.Lo que queda de 2019 debería ser positivo para el sector inmobiliario de la ciudad condal y habida cuenta del interesante stock de proyectos de obra nueva de primera clase en las áreas más solicitadas que prevemos que irá saliendo al mercado antes de diciembre.Asimismo, deberemos ver qué nos deparan las inminentes elecciones municipales y cómo afectará el resultado de éstas a los operadores del real estate barcelonés.